La cinemanía caleña


Repasando la historia

El bicho del cine picó a Cali desde su llegada a Colombia. La invasión de la cinesífilis (una especie de virus que se contagia entre cineastas) se dio en 1922 cuando, en las afueras de la capital vallecaucana, se llevó a cabo el rodaje de la primera película hecha en nuestro país: María, una cinta melcochuda basada en el libro de Jorge Isaacs. Desde ese momento Cali no sólo figuraría como escenario de múltiples historias —algunas de ellas bañadas en sangre— sino que comenzaría a engendrar cinefílicos que desde muy jóvenes verían en las películas la manera de expresarse, exorcizarse e incluso lucrarse —cosa que en los primeros realizadores fue apenas una ilusión—. También en Cali se dieron, en los años cuarenta, los primeros intentos de hacer industria cinematográfica con la radicación de las sedes de Calvo Film Company y Colombia Films Company, dos empresas que proyectaban a la ciudad como una posible cuna de cineastas. Y no se equivocaron, pues a pesar de que acá no se haya creado una verdadera industria (todavía) y no se rueden tantas películas como en la capital del país, esta ciudad lo que ha dado es gente amante del cine.

El gusto de la juventud caleña por el ‘séptimo’ arte se remonta a los años setenta con el movimiento que promovían, los ya fallecidos, Andrés Caicedo y Carlos Mayolo, al igual que los cuchos, perdón, duchos del cine, Luis Ospina y Ramiro Arbeláez, quienes se gozaban el cuento de ver películas todo el tiempo. Una adicción que ha marcado fuertemente a todos los realizadores que los sucedieron, quienes en su mayoría se han formado consumiendo gran cantidad de películas en pequeños cine clubes, como alguna vez lo hicieron estos veteranos del cine en el, ya extinto, Cine Club de Cali. Fue precisamente así como empezó el amor de muchos de los actuales directores de cine más reconocidos como Óscar Campo (Yo soy otro), Antonio Dorado (El Rey), Jorge Navas (Alguien mató algo) y Carlos Moreno (Perro come perro), todos ellos caleños y cinéfilos empedernidos.

Es que en esta ciudad la enfermedad por el cine no sólo contagió a profesionales en la materia, también ha habitado con los ciudadanos del común, quienes se han destacado por buscar en el cine, además de entretenimiento, buenas historias.

La nueva generación cinéfila

La lista de jóvenes caleños que se están moviendo alrededor del cuento de la cinematografía es bastante larga. Para la muestra, están los egresados de la Universidad del Valle —semillero de cineastas por naturaleza— que se destacan en festivales internacionales y cuyos nombres comienzan a sonar en el mundo del cine colombiano. Ese es el caso por ejemplo de Óscar Ruiz Navia, un pelado que empezó su contacto con la Universidad del Valle mucho antes de iniciar la carrera allá, cuando logró participar como asistente de producción en el rodaje de Cali calabozo, un mediometraje que realizó Jorge Navas como tesis de grado para dicha universidad.

Desde ese momento comenzaría en Óscar el afán por producir cortometrajes, documentales y videos experimentales, que habría de ir puliendo mientras estudiaba Comunicación Social. De igual manera, combinaba su creatividad con la “escuela del rodaje” que empezó a tener en largometrajes como El Rey de Antonio Dorado y Yo soy otro de Oscar Campo, donde trabajó como asistente de fotografía. También fue primer asistente de dirección del largometraje Perro come perro de Carlos Moreno (Sundance Film Festival 2008). En este momento, a sus 26 años de edad y con este recorrido en el cine, está a punto de rodar su ópera prima El vuelco del cangrejo, una historia que habla de un lugar lejano de la ciudad, de un viaje que un hombre hace rumbo al Pacífico colombiano y el impacto que le genera todo lo que se encuentra ahí. Es una película de cine de autor que pretende ser masiva” comenta el propio Óscar.

Este filme que será coproducido por Contravía Films —empresa de Óscar—, M Films (Colombia) y Arizona Films (Francia) ya ha recibido varios reconocimientos entre los cuales se destaca el premio de producción de Global Film Initiative (Estados Unidos 2007), la selección en el III Encuentro de Coproducción del Festival de Cine y TV de Cartagena y en el Open Doors del 61º Festival del Film Locarno (Suiza 2008).

Sin embargo, ése no es el único caso de pelados univallunos que andan incursionando fuertemente en el cine de nuestro país, pues actualmente hay trabajos muy interesantes alrededor del cortometraje, entre los cuales vale la pena destacar Sin decir nada y Escondite. El primero, de Diana Montenegro, “es la historia de Sofía, una adolescente de 14 años que se siente atraída por Verónica, una compañera del salón para la que ella es invisible. Es una exploración de cómo es una primera atracción adolescente y, en este caso, entre personas del mismo sexo”, en palabras de Diana. Este cortometraje ganó un India Catalina en el pasado Festival Internacional de Cine de Cartagena y ha viajado por diferentes festivales en países como México, Inglaterra, Francia, Estados Unidos y Argentina. Ahora está compitiendo en un festival que es sólo para estudiantes de escuelas de cine que se realiza en Hollywood y fue el merecedor del premio del público en el 31º Festival de Video de Tokio.

De igual manera Escondite —el cortometraje de Marcela Gómez que narra la indecisión de una niña de 10 años por viajar a Estados Unidos a reunirse con su madre que hace cinco años no ve—, es un proyecto que ha sido seleccionado en más de 25 certámenes que incluyen el Mejor Ficción MUDA Colombia 2007 y la Segunda Mención del Jurado Festival Iberoamericano de Cortometrajes Imágenes Jóvenes.

Es así como el sello de la universidad más tradicional de Cali ha marcado la parada en el cine colombiano y ha contagiado del bicho cinéfilo a más de un joven que estudia Comunicación Social.

Una incubadora que no parará

Hoy son muchos los estudiantes de diferentes universidades privadas que ya empiezan a labrar su camino y a entrar en la escena del cine, la cual ha sido protagonizada directamente por Univalle. Un ejemplo de ello son Juan Lorza y Katherine Vásquez, recien egresados de Comunicación de la Javeriana, quienes como proyecto de grado presentaron un guión basado en un reportaje de Germán Castro Caicedo que se llama Linda Iris, ¿usted me ama? del libro Con las manos en alto, el cual fue seleccionado en la categoría de Desarrollo de Guión, en la convocatoria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico de Colombia en el 2007. Ahora, un año después del proceso de acompañamiento con Beatriz Novaro (guionista y escritora mejicana asignada por el Ministerio de Cultura), el guión está listo para la preproducción.

Obviamente aquí se escapan muchas historias que están haciendo varios paisanos en este momento, los cuales de seguro seguirán buscando cómo contagiar al país entero de la epidemia de la cinesífilis, de la cual hemos sido (felizmente) víctimas muchos caleños.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ahhh, que bueno que eso pasara aquí en Medellín.Aquí fomentan muy poco el cine, solo un instituto de idiomas como que alienta ver cine independiente de varios países y hace festivales y cosas así, pero a los que nos gusta no podemos acceder mucho al privilegio que tienen ustedes ahora en cali.
Saludos!

K-milo dijo...

Hace rato no postiabas. Buena hominido!

Anónimo dijo...

Hello,
I have developed a new clean web 2.0 wordpress theme.

Has 2 colours silver and blue, has custom header(colour or image).
I am curently working on it, so if you have suggestions let me know.

You can view live demo and download from here www.getbelle.com
If you found bug reports or you have suggestions pm me.
Wish you a happing using.

many thanks to [url=http://www.usainstantpayday.com/]USAInstantPayDay.com[/url] for paying the hosting and developement of the theme

AxioxiaNipVah