Habana Blues


Título original: "Habana Blues"
Director: Benito Zambrano
País: España
Año: 2005
Género: Drama
Producción: Hispano-cubano-argentina









Para la historia del cine la musicalización de los filmes ha jugado un papel muy importante, incluso en la época del cine ‘mudo’, se proyectaban las películas con música en vivo. Imagínese, qué seria de los clásicos de Chaplin sin su acelerada banda sonora (realizada por él mismo) que enriquecía los actos tragicómicos de Charlotte. O cómo habría sido la grandiosa batalla del “Acorazado de Potemkin” si no se apoyara con la música que incrementaba el horror de la guerra.

Un ejemplo preciso en donde la música hace a la película y la película a la música, es “Habana Blues” Bello filme de producción Hispano-cubano-argentina que expone el sueño de dos cubanos, Ruy y Tito, por exportar su música y demostrar al mundo que Cuba es un nicho de grandes artistas. Sin caer en situaciones comunes y música tradicional (como lo es el son cubano), esta historia se narra al ritmo de las canciones, el saxofón y las voces de los personajes, que cantan y cuentan toda la vida de un artista en cuba, los dramas íntimos que los han inspirado, sus vidas familiares y su grandiosa amistad.

Apreciar una película latinoamericana con esta calidad da mucho placer, es una clara demostración de que las producciones en este continente, se pueden hacer con compromiso y talento. La fotografía es limpia y el escenario de la Habana encaja perfectamente como apoyo a la puesta en escena. Adicionalmente se tiene dos grandes interpretaciones de Alberto Joel García (Ruy) y Roberto Sanmartín (Tito), que involucran al espectador hasta el punto de hacerlo cómplice en sus sueños, aventuras y odiseas, que trae consigo ser artista en un país comunista y además tercermundista.

Algo de las tres equis

Hace poco que revisaba y organizaba mis videocasetes (VHS), unas reliquias que guardo con recelo, me encontré con uno de esos casetes que no tienen ninguna marca ni etiqueta para saber lo que está grabado y, como la cuestión era organizar mis películas, documentales y videos, inserté dicho casete para ver a que categoría pertenecía.

Lo primero que me llamó la atención antes de meterlo, fue ver que la cinta estaba como en la mitad, es decir, parecía que la última vez que lo había visto, no lo terminé. Habrá sido por qué era muy malo, o por qué hacía parte de los videos caseros, que siempre deja uno sin terminar? No sé, tocaba averiguar...

Cuando hundí play comenzaron los gritos placenteros y a deslumbrarse el antiguo mete saca en un primerísimo primer plano, donde todo era explícito. ¡Claro!, el videocasete sin etiquetas era una película porno que tenía desde hacía mucho tiempo y que por supuesto no podía tener el nombre en su carátula, pues podía haber corrido el riesgo que mi madre la viera en mi habitación y comenzara con las preguntas incomodas, que en mi época de “cinéfilo xxx” no podía haber respondido.

Haber visto de nuevo las escenas de sexo explícito en mi televisor, me recordó que aquella situación, era y es, muy común en la época donde estamos madurando (tanto hombres como mujeres) y las inquietudes por el sexo llegan. Intuitivamente, todos en ese momento, nos remitimos a este tipo de cintas, donde todo se puede apreciar a flor de piel. Sin embargo, lo que tal vez muchos de los amantes de este género del cine no sabe, es que nació como documental. Si, casi al momento que el cine nació en Francia, ya se estaban haciendo, por encargo, películas con alto contenido sexual, que solamente pretendían reflejar imágenes en movimientos de una pareja follando.

Pero al pasar el tiempo este tipo de películas cobró un cambio rotundo, no necesariamente en su contenido, sino en la forma en que se producían, debido al gran interés comercial. En los setentas, década del "destape", en dónde las reminiscencias de los gloriosos y maravillosos 60´s aún perduraban en algunos espíritus hippiescos perdidos en el espacio, las películas porno eran una buena manera de experimentar, no solamente con personas de “oficio” (prostitutas como en sus inicios), sino con actores “profesionales” y técnicas de montaje para crear continuidad y poderío en las escenas donde el tiempo de duración es muy importante.

Es aquí donde tiene lugar la primera película xxx (Garganta Profunda) con historia y actuaciones, propiamente no muy acertadas, pero que sin duda marcaron un mito en el cine porno. Esta película fue el impulso para que la industria pornográfica sea lo que es hoy en día, donde se producen miles de películas al año con el mismo contenido, variando los escenarios y las historias, que no van más allá de cruzar tres palabras antes de llegar al repetitivo acto sexual.

Si algo queda claro tras ver una de estas primitivas películas es que el género ha evolucionado "artísticamente" muy poco. Es, probablemente, el género que más ha crecido en el aspecto económico pero menos en el aspecto "creativo". Quien diga que dentro del porno hay clases y que a él le gusta el porno con argumento, está intentando dar lustre a un tipo de cine que sólo tiene una función para el espectador que lo consume... esa misma función que ha hecho que vayan desapareciendo las salas X (cabinas de sex-shops aparte) pues los pornófilos de pro prefieren ver este tipo de filmes (que ni siquiera se ruedan ya en celuloide sino directamente en vídeo) en la comodidad e intimidad de sus hogares... con el cuarto de baño bien a mano.

Aunque actualmente, la industria pornográfica es muy grande y existen estrellas reconocidas a nivel mundial, festivales donde premian todo tipo de categorías y es muy fácil su acceso, siento que el gusto por apreciar la “realidad” en este tipo de películas, sigue vigente. Piensen no más en la cantidad de mensajes que se reenvían por Internet con alguna “universitaria” teniendo sexo o posando desnuda para hacerse un billetito extra. Además de la cantidad de videos caseros que se hacen las propias parejas (famosas y no famosas) que llenan más las expectativas de los pornófilos, que las “grandes” producciones, donde el argumento no existe y las escenas redundan.

Quizá verse reflejado en la pantalla, sea lo más importante para todo cinéfilo, en materia pornográfica o en cualquier otra materia. O qué piensa usted?