CinEstres... CinEscribir... CinExistir

Desde hace bastante no tecleaba en este ambiente. No metrallaba por acá. Aquí, donde tantas noches me desvelé y tantos personajes encubé. Muchos amados. Varios inmortales. Otros que no se dejan llevar. Algunos transparentes, que se esconden en los rincones más profundos de mi imaginación. Y, aquellos que me gritan todos los días, retándome y haciendo que hoy “Pepito Metralla perdiera la guerra”.

Es difícil contar qué ha pasado, porque ni siquiera yo lo sé. Es ese momento de la película en la que se debe cortar, cortar y cortar, para no aburrir al público más.

Un cuento que no termina. Violeta y Santiago en coma. Mariana no se merece una letra más. Jacobo no deja de escribir y tirar a la basura todo lo que hace. La fantasía poco atractiva y el ambiente más fantástico que nunca. Es curioso ese estado de plenitud, en donde se ha llegado a la costumbre del bien para dejar de lado lo bueno del mal.

Compromisos no pretendo hacer. Por contrato (aún) no quiero escribir. Por placer personal si que sí. Es por eso que hay que retomar la cinta dejada en el pasado, si es necesario quemarla. ¿Para qué guardar basura?

No es lo mejor. No es nada. No es el día gris. Es algo que no sé qué es.