Hollman Morris

Bueno, volví al blog.
Aquí la entrevista más reciente
que realicé para la REVISTA EL CLAVO.
Esta es una versión extendida. Espero comentarios.

Es uno de los periodistas más polémicos del país. Su vida la ha dedicado al tema del conflicto armado colombiano y desde su juventud, abogó por crear estrategias para que Colombia llegue a la paz. Por eso, hizo parte activa de la generación de la Séptima Papeleta, la cual dio origen a la Asamblea Constituyente y la Constitución del 91.

Actualmente, persigue los ideales de un país incluyente y democrático a través del programa de televisión Contravía –galardonado con premios como el Simón Bolívar y el India Catalina–, donde ha recorrido el país en busca de otras ‘colombias’: la Colombia afrocolombiana, la Colombia indígena, la Colombia de los líderes sociales y la Colombia de las víctimas del conflicto.

Ahora, este defensor de los Derechos Humanos, aceptó cambiar el papel de entrevistador a entrevistado y nos confesó, entre otras cosas, el miedo que siente por las amenazas de muerte que le ha hecho el Estado. Aquí, el resultado de esa tertulia.EL PODER DE LOS ME-DIOS

¿Por qué Hollman Morris se complica la vida trabajando en contra de la corriente?

Porque creo que la esencia del periodismo es contrapoder. Me enseñaron en la universidad, y acabo de ratificar en una conversación que tuve hace poco con el periodista Jon Lee Anderson, que los periodistas nos sentimos mejor en la medida que somos contrapoderes, que hacemos un ejercicio de vigilar y controlar al poder. Eso es lo que nos designan las sociedades, que los periodistas seamos veladores de la democracia, que seamos los ojos y oídos de una sociedad. Desde este punto de vista, me paro a ver y a tratar de denunciar dónde están metiéndole goles a la sociedad, por eso voy en contravía y cuestiono fuertemente a las que hoy se llaman las grandes periodistas, como Claudia Gurisatti, que desayuna, almuerza, cena y se va de rumba con el poder. Después se da el lujo de dar e impartir clases de ética a periodista que hemos hecho de nuestra carrera un compromiso con la sociedad.

A propósito del poder, ¿en nuestro país, los medios de comunicación todavía se pueden considerar el cuarto poder?

No, hace tiempo creo que son el primer poder, especialmente la televisión. Hoy, la televisión es la Ministra de Educación en América Latina. Éste es el medio por donde dice la gente que se informa, que se genera opinión y unos supuestos imaginarios. Ahora bien, vale la pena analizar qué televisión tenemos acá. Tenemos una televisión sin documentales, una televisión que no aporta casi, una televisión que no tiene un proyecto de país en la cabeza.

Entonces, ¿quién dice la verdad en este país?

Para saber quién dice la verdad, creo que los colombianos deben escuchar y creerles a las víctimas del conflicto, de la guerrilla, del secuestro, de los paramilitares. Debemos hacer un ejercicio como sociedad de escucha a todas las víctimas, no solamente a las afectada por un actor del conflicto. Creo que esa verdad la debemos entender y analizar para trata de construir el país que le queremos dejar a nuestros hijos. En Colombia serían más creíbles nuestros medios de comunicación, sobre todo los de la televisión, si no pertenecieran a grandes grupos económicos. Por ejemplo, en otros rincones del mundo hay grandes monopolios dedicados exclusivamente a los medios de comunicación. En cambio, en Colombia, grandes grupos económicos dedicados al azúcar, a las gaseosas, a los aviones, a la construcción, en fin a mil cosas, tiene como herramienta de la empresa a los medios de comunicación y eso creo, no le hace bien a la democracia, no genera una calidad informativa. Ojalá, tuviéramos más medios de comunicación, más canales de televisión, más revistas. Soy un convencido que entre más medios de comunicación hayan, mejor la calidad informativa de una sociedad y así se cualifica la democracia.

Y los medios alternativos en Colombia, ¿qué papel juegan?

Veo muchos medios alternativos hablándole solamente a su tribu, cuando la función como medios alternativos debiera ser atraer otros públicos, otras audiencias. En ese proceso uno ve que desperdician grandes noticias. Creo que los medios alternativos hoy, y esto lo digo sabiendo que me pueden lanzar tomates, debieran hacer una gran coalición para generar un gran medio a nivel nacional, que tuviera repercusión sobre la opinión pública y que generara opinión sobre las otras agendas del país.

¿Cuáles son esas otras agendas?

Creo que hay otros sectores del país que quieren leer y escuchar sobre otras cosas. Por ejemplo, cuál puede ser la agenda de la paz, cuál puede ser la agenda del pos-conflicto, cuál es la agenda de los recursos naturales, cuál es la agenda del agua en Colombia, cuando sabemos, y así lo han dicho diversos analistas internacionales, que las próximas guerras del mundo serán por el agua y Colombia hoy es una potencia hidrográfica. Sin embargo, nadie habla de esos temas.

Ahora bien, ¿por qué amenazan y persiguen a periodistas y medios de comunicación, tan poco populares y masivos, como ustedes?

Precisamente me he hecho esa pregunta en las últimas semanas. Hollman Morris se ha convertido en víctima. Me di cuenta que desde 2004 mis padres, hermanos, cuentas bancarias, el colegio de mis hijos, mis llamadas, toda mi vida estaba controlada de manera ilegal. Entonces me pregunto, ¿cuál ha sido mi pecado? ¿Tener un programa de televisión ¡a las once de la noche!? Un programa que denuncia las atrocidades de un conflicto y la barbarie de todos los bandos. Les resulta supremamente incómoda cualquier mínima divergencia con la política oficial. Me di cuenta que para el señor Noguera, para el señor José Miguel Narváez, para el señor Jaime Ovalle, soy, textualmente, “un blanco político”, un blanco al cual le tiene que hacer inteligencia y desestabilizar psicológicamente.

LA EDUCACIÓN EN BLANCO Y NEGRO

¿Cómo hacer para que la gente joven se interese por lo que pasa en el país?

Hay que enamorar a los jóvenes. En este momento hay una juventud colombiana que está esperando que una izquierda la enamore, que una izquierda salga de esas peleas entre caudillos y salga a proponerle cosas a esa juventud. Desde la derecha veo que hay jóvenes interesantes que enamoran y llaman a otros que se identifican con ellos, como Gina Parodi, como un Simón Gaviria, como Manuel Galán, el mismo David Luna. Pero también creo que algunos jóvenes colombianos, hoy están pegándose a un proyecto de guerra y de odio, porque desconocen precisamente la historia del país y creen que es bueno apostarle a la guerra porque sí. Creo que hay un sector del país que está en deuda con inventarles sueños a esas nuevas generaciones de colombianos.

¿Qué aciertos y desaciertos tiene el sistema educativo colombiano?

Creo que la academia colombiana sigue yendo por un lado y la realidad del país por otro. Todavía no hemos logrado que la academia se meta de nuevo en los debates nacionales. La academia debería ser un punto de calma, de apaciguamiento, de análisis para muchos de los debates nacionales. Pudiera ser una voz que irrumpa con fuerza.

¿Qué cátedras obligatorias deberían tener toda carrera universitaria?

Para mí, grandes dosis de Historia. Todas las carreras, todo profesional colombiano que sea llamado a cambiar la historia de este país, que sienta la inclinación de construir un país incluyente y más democrático, tienen que recibir grandes dosis de historia de este país. El arquitecto, el odontólogo y qué se decir de los futuros periodistas. A esa cátedra la acompañaría con otra de Responsabilidad Social. Ojalá las grandes universidades de este país pudiéramos hacer el ejercicio de vincular al estudiante todos los días con la realidad de los sectores más humildes, de los sectores más desfavorecidos, de los sectores afrocolombianos, indígenas, para que cada día el futuro profesional colombiano se sienta orgulloso de ser colombiano, pero que se sienta orgulloso en la medida que se sienta un poco de indígena, afrocolombianos, campesino, que se sienta conectados con esas realidades de país.

LA CONTRAVÍA POLÍTICA

En las próximas elecciones, ¿quién sería un buen candidato para la presidencia de Colombia?

Yo me aparto de todos los candidatos que como loros repiten: “seguridad democrática, seguridad democrática, seguridad democrática…”, es el caso de Noemí Sanín y de Juan Manuel Santos. Yo soy de los que creen, que la seguridad democrática tiene unas profundas deudas con Derechos Humanos y no se puede repetir. Me inclino más por una propuesta que surge desde el Polo o surge desde Mockus y Fajardo. De una seguridad donde prevalezca, primero, el respeto a los Derechos Humanos y segundo, donde el verdadero tanque de guerra, que hoy necesita Colombia, sea la educación. Esa es, a mi manera de ver y creo en ella, la fórmula para desactivar parte del conflicto. Si se pudo incrementar, en no sé cuántos puntos del PIB se destinaron para la guerra, esos mismos puntos destinarlos para la educación. Según los matemáticos, Antanas y Sergio, con esa destinación ni un solo colombiano se quedaría sin educación. Le apuesto a eso, a esa seguridad.

Sin embargo, hay muchos que aseguran que ganará de nuevo un modelo de gobierno uribista, ¿usted qué opina?


Lo que dicen las encuestas es que ganará la propuesta de Juan Manuel Santos. Pero aquí vale la pena hacer el siguiente ejercicio. En 1989 la máquina de muerte del paramilitarismo asesinó a tres candidatos presidenciales. En ese entonces nos inventamos la Constitución del 91 para detener la oleada de sangre y crear una Constitución que le aportara a la paz. Pasaron 10 años y el paramilitarismo se fortaleció. El narco-paramilitarismo logró en el año 2000 ocupar el 35% de Congreso de Colombia, lograron refundar el país a costa de miles y miles de muertos. Hoy, en las elecciones pasadas, vimos cómo los partidos políticos que promueven la propuesta de Álvaro Uribe Vélez, son los partidos políticos que más representantes, ellos o sus familiares, están involucrados con la propuesta del narcoparamilitarismo. Es decir, eso no lo puede repetir Colombia. Pero todo indica que este es un sector que ha venido ganando, a costa de muertos y de mucha sangre, el poder. El reto ahora es que los colombianos, y sobre todo los jóvenes, renuncien a la guerra. Este país no se puede construir por la senda del odio.

Finalmente, ¿qué viene para Hollman, después de los tres capítulos que le restan a Contravía, debido a problemas de financiación?

(…) Uhmm, bueno, toca volver hacer la tarea. Escribir proyectos y, a lo mejor, realizar la propuesta que un amigo me sugirió, de crear en Facebook una Minga, una Teletón, con el fin de recoger fondos para cada capítulo de Contravía. Ahora, estoy aprendiendo inglés, pues este año me anunciaron que había ganado la Beca Nieman Foundation, de la Universidad de Harvard para estudiar un año periodismo.

BONUS TRACK

Libro: Manual de tolerancia de Héctor Abad Gómez
Película: La vida es bella
Artista musical: Grupo Niche y la salsa en general
¿A quién quiere darle clavo? A Uribe. El presidente Uribe tiene que responder por lo hecho por el DAS. Él es su jefe inmediato y el país está esperando una respuesta. Uribe no puede salir limpio del escándalo del DAS.