Arte, industria y entretenimiento

Según los críticos y los conocedores del “séptimo” arte, cuando uno se va a ver una película debe tener conocimiento de la historia (o carrera) que han hecho sus directores y guionistas, además del contexto social de la época en que se narra la misma y el periodo en que se hizo. Todo esto está muy bien para los grandes intelectuales y para algunos mamertos que queremos mucho este arte, pero ¿qué pasa con el espectador promedio?, con ese despistado que va al cine simplemente a ver un filme que le agrade y lo entretenga, o es qué, ¿acaso este arte, como muchos otros, no se hicieron para eso?

Repasando la historia, el cine nació por un afán de inventar algo que pudiera proyectar imágenes en movimiento. Los hermanos Lumière, inquietos por la ciencia, proyectaron una película-documental en Francia, el día 28 de Diciembre de 1895 en el #14 del Bulevar de los capuchinos, mostrando la llegada en tren de los asistentes a la misma. A partir de ese momento comenzaría la evolución del cine transformándose en arte e industria, principalmente para entretener, pero que al paso del tiempo ha tenido impacto en diferentes áreas como la política (con cine soviético), la literatura (en las adaptaciones), la ciencia (con los avances tecnológicos), entre otras, pero principalmente el compromiso mayor que ha tenido el cine, es la mente del espectador, quien en últimas es el que se lleva unas imágenes como recuerdo, que pueden afectar (entiéndase por entretener o confundir) su comportamiento.

Retomando al espectador promedio, que normalmente ha sido consumidor de las películas de Hollywood por las condiciones del mercado, viene otro dilema en esto de ver películas, porque no falta la discusión absurda de tener que diferenciar las películas que son de industria y las consideradas artísticas. Discusión que simplemente la redujo a la siguiente pregunta, ¿qué sería del cine sin la industria? y sí lo que les molesta es que el mayor productor del mundo sea Estados Unidos y que además, como dicen los mamertos, la mayoría de sus películas son “basura”, yo les diría lo siguiente: como cualquier industria existente en la Tierra, todas tienen derecho a sacar lo que sea al mercado y es el consumidor el que elige si les da vigencia o no. Así que no entiendo porque todavía hay personas que hacen protesta en contra del cine de Hollywood, si ellos por cuestiones del destino (dos guerras mundiales) supieron aprovechar el momento y se adueñaron de la mayor parte del mercado, además de haber aportado al cine grandes como Griffith, Welles, Kubrick, Coppola, Burton, entre muchos otros más.

Entonces que sería lo ideal en este arte, ¿qué nos ponga a pensar?, ¿qué se haga política?, ¿qué se evalúen los conflictos sociales del país originario?, ¿que nos enseñe algo de historia?, ¿qué nos haga reír y llorar?, ¿que sirva como distracción los fines de semana?, ¿qué nos entretenga?... no sé, para mi serían todas juntas, porque el cine, al igual que los libros, es un aporte cultural para los individuos que los leen o los ven, como diría Andrés Caicedo en uno de sus artículos para la revista “Ojo al Cine”:

“Lo que comenzó siendo la distracción ideal para analfabetos, es hoy el arte de los analfabetos (…) Pero es también el arte de los intelectuales (…) Pero ante el fenómeno de la proyección, el analfabeto y el intelectual cuentan con los mismos instrumentos de aprehensión: la vista y el oído. Es probable que un individuo de ciudad no tenga contacto con el libro, es improbable que no lo tenga con el cine”.

2 comentarios:

Andrés Meza Escallón dijo...

Para mí la diferencia está en que la industria está interesada únicamente en la rentabilidad de la producción. Entre más plata les entre, mejor, independientemente del aporte que le hagan al género o a las vidas de los espectadores. Por eso los grandes estudios de Hollywood (Warner, Fox, MGM, Paramount) buscan desesperadamente recetas que les "garanticen" producir en serie éxitos de taquilla, de las que suele salir siempre la misma basura. Fuera basura diferente, vaya y venga, pero después de ver mucho cine uno ya empieza a cansarse de las repeticiones descaradas de las mismas trajinadas fórmulas.

Por el contrario, el cine de autor parte de la convicción de querer expresar algo, independientemente de si la película sólo la ven la mamá y la novia del propio realizador. Esto tampoco garantiza que lo que se produza sea oro (más bien se corre un riesgo casi parejo con el de la industria que producir basura, pero al fin y al cabo es basura de autor... :) ). Sin embargo, como hacer cine es tan costoso (posiblemente el formato digital venga al rescate de los independientes, pero por ahora toca a punta de película de costosísimos filmación, revelado y edición) la realidad nos lleva a algún punto en medio de ambos extremos. Satanizar a Hollywood o beatificar al independiente no tiene mucho sentido.

En su lugar, prefiero los casos en los cuales un independiente se aprovecha del afán de lucro de los estudios para usar sus enormes recursos en hacer lo que les da la gana (como George Lucas con la Fox para su primer "Star Wars" o los Hermanos Wachowski con la Warner). Esto tampoco garantiza la calidad, pero al menos sí que vamos a ver alguna apuesta arriesgada que renueve de alguna forma el cine lavado , planchado y vuelto a proyectar.

Anónimo dijo...

alli tienen mamertos, la industria del cine no es mas que una manera de demostrar el sentido consumista que tenemos los seres humanos, por lo tanto lo verdaderos productores que toman el cine como arte son pocos....