Esquemáticos, anacrónicos y Layouts

11:42 a.m. Esperando el almuerzo; esperando que las teclas den formas a frases que suenen; esperando que el tiempo no juegue más con la incertidumbre; esperando que lo previsto se vea y que lo olvidado se crea”.

Enmarcar la vida y reseñar los sucesos en cuadros que tienen códigos de múltiples lecturas, es algo que a Simón[1] le apasiona. Trabaja día y noche en ello y hace un estudio –casi antropológico- de este fenómeno. No es pintura lo que hace. Tampoco es arte plástica su labor. Mucho menos trabaja con la construcción. Todo, realmente todo lo él hace por su vida, es mirar el parque del frente por la ventana de su habitación, para entretenerse con las figuras que se aparejan en el vidrio, cuando plasma los múltiples esquemas y diseños de comportamientos que tienen los transeúntes.
Lleva tan sólo un año trabajando (el mismo tiempo de estar desempleado) y los resultado de tan bella labor han sido toda una sorpresa. Por ejemplo, ha notado que el patrón de búsqueda en lo animales para hacer sus necesidades es el mismo. También ha encontrado que los código de cortejo entre hombres y mujeres (no importa la edad) es tan primitivo como el de las mascotas. Y ni hablar de las múltiples rutinas que se encierran en su ventana repintando las figuras una y otra vez, día tras día.
Medir en esquemas a las personas y marcar diseños del comportamiento quizá haya sido el trabajo de filósofos en tiempos pasados (o presentes), que de darse cuenta del estudio de Simón, no podrían con la risa. De igual manera, deben existir cantidades de libro que Simón nunca leerá, en donde todo lo que él ha hecho ya esté comprobado o refutado. Pero, ¿cómo decirle a un soñador que deje de imaginar el futuro, que deje de vivir en pro en lo que vendrá y que deje de ocultar en su labor el verdadero significado de su situación?.
Hoy, en el rincón derecho inferior de la ventana queda el único espacio sin rayar. El mismo espacio que le sirve como universo, como excusa y como herramienta para continuar con su labor, que ahora se vé empañada por la lluvia estúpida de sus ojos que han vuelto a caer en la incongruencia de presentar/sentir algo como propio, cuando ha correspondido –desde hace varios meses- a otra época.

1 A Simón lo describen tres cosas que siempre lleva consigo: el libro de El principito, la película Casablanca y la canción el Nocturno de Chopin.



Mismo título, diferente visión

7 comentarios:

Andrés David dijo...

Pobre Simón, Simón el Mago, Simón el Bobito, sabio como ninguno, fuera de lugar como todos.

Liliana dijo...

El mismo título para contar dos universos tan distintos. El de una ciudad, el de un mundito propio.
Me gusta mucho la imagen de esa esquina de la ventana donde queda todo por hacer.

César López dijo...

Felicitaciones por ese primer ensayo, muy bueno. Obviamente en esa metodología debe haber espacio para seguir camellándole al tezto hasta dejarlo en una última versión.

Cristhian, !cambiá esa foto! -Te vés trompón... bien bambucha... bien criGtian.

Juan Lorza dijo...

Me encanta Simon.......!!!! Conozco a varios Simones!!! ¿en donde? no se, aqui, en esta ventana desde la que miro y lo unico que veo es el mar.
Sí, el mar, con su movimiento, con su violencia, con su tranquilidad, con sus grandes enigmas (enigmas que miramos en una noche de verano junto a los pescadores)...quiza el placton!!! no se.......bacano tu texto, me genero esto!!!

Andrés Correa dijo...

Don Cristhian

Me uno al clamor general, que buen personaje. Me mato lo del principito.. Supongo que soy un poco Simón (el bobito?) Aunque supongo que la idea es esa, si varios nos vemos un poquito reflejados en él es que ahí hay algo!

Un abrazo

Andrés

Héctor Fernando dijo...

Esquemáticos, Anacrónicos y Layouts. Tiendo a despreciar últimamente esas palabras, pero no por eso dejan de llamarme la atención. El problema de las cosas que se ven en las ventanas de aquellos que se dedican a observar, es que corren tiempos diferentes por fuera y dentro de ella; de repente, la ventana es una membrana que no solo filtra deseos, imagenes y actitudes, sino que de alguna u otra forma transforma horas, minutos y segundos. ¿Cuánto tiempo podemos pasar viendo el mundo?.....¿Cuánto tiempo debemos?.....Para la vida no hay esquemático y su layout se deforma constantemente.

azulquitapenas dijo...

Este Simón se trae algo raro, de quién sabe dónde va a sacar un ente extraño producto de su ardua investigación, es que mantenerse en pie durante el día entero observando comportamientos no es tarea simple, tiene voz más de narrador que de personaje y tal vez nos sorprenda de un momento a otro, pero me uno a los otros, me gusta mucho el taciturno Simón.
Desde Manizales, city