Relojes sincronizados y sensaciones encontradas. Felicidad compartida y puntos de vista opuestos. Mucha luz en tus ojos y tú: un sol completo. Situaciones difíciles. Un presente que presenta cuanta presencia hubo en ti –¿cuánto puedes dar aquí?–. Silencios prolongados. Escrituras a la basura de una producción en vano. Detalles a nuestra manera, cifrados, en código y en carne. Rápidos desenfrenos que son pacientes a la hora de probar la miel de estar acá, contigo, muy cerca y desnuda. Mapas de tu cuerpo recorridos con minucia para re-crearlos. Noventa y tres días esperando, contando y gozando de ti y de lo que yo he creado de ti. Enseñanzas importantes que se quedan y se pierden en los rincones de la mente. Una gran oportunidad de la cual no sé la hora de llegada. Un incierto perfecto que llena de misterio estos días encantados.
¿Llevas la cuenta día o día o hiciste gala de tus conocimientos matemáticos para hacer una resta? Noto a Pepito-la-bita con el Lado Rosa de la Fuerza alborotado, como hace casi un año por todos lados...
ResponderBorrar... seguí escribiendo zoquete.
Felices tres meses y pico (yo prefiero la lógica difusa).